Los árboles que sirvieron para determinar el origen de los eslavos
Los eslavos son uno de los grupos humanos europeos menos documentados. De allí que entre los eruditos todavía no haya consenso en cuanto a su origen y características. Algunos autores sostienen que los eslavos eran nómadas, mientras otros afirman que vivían en asentamientos permanentes ubicados en los bosques y pantanos; algunas versiones dicen que vivieron bajo el dominio de un rey, mientras que otros aseguran que tempranamente adoptaron una forma de democracia. Tales discrepancias, obviamente, están influidas por la parcialidad de los romanos, que vio a todos los pueblos bárbaros como primitivos, incivilizados y violentos.
Sobre la base de evidencias arqueológicas, se sabe que el pueblo eslavo se extendía, 1500 años antes de la era cristiana, de Polonia a Bielorrusia.
Una de las claves para identificar el lugar de procedencia y diseminación de los primeros eslavos ha sido el estudio del lenguaje. Qué decían y qué no podían decir. Por ejemplo, se ha encontrado que el lenguaje eslavo comparte un sorprendente número de palabras tomadas del persa, lo cual hace pensar que el territorio en el que se movieron llegó a extenderse hasta las estepas rusas del sur, donde entraron en contacto con grupos humanos hablantes de ese idioma.
Otra evidencia lingüística muy interesante fue aportada por el botánico polaco Józef Rostafiński, que notó que en todas las lenguas de origen eslavo no hay palabras propias para nombrar árboles como el haya, el alerce o el tejo, sino que se los designa con los términos utilizados por lenguas germánicas, lo cual sugiere que en las zonas de origen de los primeros eslavos antes de extenderse por gran parte de Europa no existían tales árboles.
Sobre la base de la distribución de esos árboles, la hipótesis de Rostafiński localiza la patria ancestral de los eslavos en los pantanos situados a lo largo del río Prípet, en la Polonia del sudeste, y el área del nordeste de Ucrania, pues era una zona desprovista de tales especies.